Recuerdo con una sonrisa aquellos momentos en que subida a
un banquito, siendo una nena chica "ayudaba" a mi mamá a amasar.
Ella me daba un pedazo de la masa y así fui aprendiendo a
estirarla, moldearla y crear.
Una de las cosas que me encantó aprender fue el repulgue que
mamá le hacía a las empanadas. Con el dedo índice, paciente pero rápidamente iba formando el trenzado parejo, delicado, yo
diría perfecto el cual nunca pude igualar.
Ese tiempo compartido en la cocina, jugando, comenzó a crear
fuertes lazos de amistad entre madre e hija que superaron la barrera del tiempo
aunque como en toda casa "La familia está compuesta
por personas con características diferentes, momentos emocionales distintos, y
por personas en constante cambio." (Sixto Porras) No siempre fuimos,
dijimos o hicimos lo mejor por el otro, pero nos esforzamos por lograrlo. Si tu familia no es aquella que colma tus
expectativas, "ámala tal cual es porque no existe la familia
perfecta." (Sixto Porras)
Y que al cambiar tu formato de empanadas para
sorprenderlos en San Valentín, cambies tu formato de expresar el amor para
empezar a crear fuertes e indestructibles lazos de amistad entre sus miembros;
vale también para tus amigos y hermanos en la fe.
Te muestro las empanadas de siempre pero con forma de
corazón para compartir con amor.
Y si bien hoy se compran los discos de masa
hechos por cuestiones de practicidad igual me gusta tomarme mi tiempo para
hacer el repulgue aprendido hace tantísimos años.
Hice un relleno distinto con elementos que ya estaban en mi
heladera y esto de usar requeches está muy bueno.
Carne picada de cerdo (la primera
vez que usaba)
Cebolla
Morrón
Perejil
Cubitos de zanahoria
Arvejas
Pulpa de tomate
Papa cortada chiquita
Gustos: sal, pimienta, comino, orégano.
Me siguió
sobrando relleno y masa, hice la tarta que quedó al mejor estilo del día del
amor y la amistad.
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