Cuando el motivo es compartir experiencias, estar juntas o acompañar, generalmente decimos "no importa lo que hay de comer, eso es lo de menos" "no hagas nada" "no me mataré cocinando".
Lo decimos sinceramente, pero hay algo de cierto y algo discutible en ese opinar.
Sea que recibamos en nuestra casa o que nos inviten a su hogar, cuando hay algo caserito, es un signo de calidez, de acoger, de bienvenida.
En la Biblia leemos: "No se olviden de recibir bien a la gente que llegue a sus casas" (Heb. 13.2 TLA) " "No se olviden de ser amables con los que lleguen a sus casas" (DHH) La manera en que saludamos, las distracciones que evitamos, la atención con que escuchamos, nuestras palabras...todo esto y...¡algo caserito!
¿Qué te parece esta propuesta de hacer algo salado? Es rápido, económico, y muy rico.
PALMITAS DE QUESO Y ACEITUNAS
Masa:
2 tazas de harina
4 cucharitas de polvo de hornear
1 cucharita de sal
1/3 taza de aceite alto oleico
2/3 taza de leche
(Si querés podés poner con los secos una cucharada de orégano)
Mezclar los secos con lo líquido hasta unir. Dejar descansar unos 5 a 10 minutos. Dividir la masa en dos bollos y estirar cada uno en rectángulo. Untar con queso tipo Philadelphia y rodajas de aceitunas. Enrollar de los dos lados largos hasta unirse en el medio. Cortar rodajas y hornear hasta que tome color.
No hay comentarios:
Publicar un comentario