En la vida todo pasa, sean
los buenos momentos que deben ser recordados, sean los malos que deben
ser rápidamente olvidados, porque ninguna situación es permanente.
Y cuántas veces, especialmente cuando la vida se torna difícil, caemos presa de la ansiedad, angustia y desesperación.
Y cuántas veces, especialmente cuando la vida se torna difícil, caemos presa de la ansiedad, angustia y desesperación.
En ocasiones sucede que ya no hay
ánimo de luchar, se bajan los brazos y se vive como un derrotado.
Hoy es un buen día para decidir
luchar, para levantar tus ojos al cielo y sonreír a la vida.
"No te rindas, por favor no
cedas aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se
calle el viento. Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque
cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor
momento..." (Mario Benedetti)
Y por qué no, salir a hacer las compras
para preparar estos exquisitos "ojitos".
OJITOS
Batir con cuchara de madera hasta quedar cremosa:
200 g manteca a
temperatura ambiente
1 taza azúcar
1 cucharada miel
vainilla
2 cucharadas de
vino blanco
Agregar de a uno:
2 huevos
Cernir y agregar a la otra preparación, uniendo sin amasar:
3 ½ taza harina
½ taza fécula
1 cucharada polvo
de hornear
1 cucharadita sal
Hacer 2 cilindros
de 4 cm de diámetro cada uno. Poner en la heladera envueltos en nylon o film.
Cortar en rodajas de 1 cm. Poner separados en chapa enharinada. Hundir el
centro con el dedo, colocar dulce de membrillo, de batata, o cualquiera de tu
gusto.
Cocinar en horno a
calor medio hasta que estén ligeramente dorados. Se pueden espolvorear con azúcar impalpable.
Que puedas disfrutar con ellos de un rico desayuno o merienda o acompañar un humeante café.
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