"Elogio de la lentitud" del autor Carl Honoré, fue uno de
los libros que me hizo conocer algo de lo qué era el tan mencionado movimiento
slow (lento)
Nace como
réplica a la tendencia fast
food (comida rápida), promoviendo la lentitud en la comida, los productos
naturales, las recetas locales, y el deleite en el sentido del gusto, sin prisas.
Inicialmente el movimiento fue Slow
Food, luego se extendió hacia otros ámbitos de la vida como Slow life, Slow
sex, Slow cities, etc.
Es una
corriente cultural que promueve calmar las actividades humanas, la filosofía de la lentitud, en contraste con uno de
los valores que tenemos actualmente en nuestra sociedad que es la premura del
tiempo: hacerlo todo más rápido y hacer más cosas en el menor tiempo posible.
La paradoja está en que lentitud no
significa, en este contexto, lento. Sino que cada cosa, cada actividad necesita
su tiempo. Equilibrio es la palabra clave en esta filosofía. Actuar con rapidez
cuando tiene sentido hacerlo y ser lento cuando la lentitud es lo más
conveniente. Tratar de vivir en lo que los músicos llaman el tempo giusto, la
velocidad apropiada.
El movimiento slow propone
tomar el control del tiempo, más que someterse a su tiranía, dando prioridad a
las actividades que redundan en el desarrollo de las personas. Si conseguimos este control, estaríamos hablando de una
mayor calidad de vida. Prioriza el pasear, hablar con los amigos, cocinar,
disfrutar de las pequeñas cosas…
Entonces nos damos cuenta que vivimos y obligamos a nuestro entorno a
vivir en el mundo de la prisa, que conduce al estrés y a la superficialidad. Multiplicamos
actividades, restando así el tiempo para disfrutar lo realmente importante en
la vida: el encuentro con uno mismo, con la familia, con los amigos y con Dios.
La desaceleración es beneficiosa tanto para nuestra
salud, trabajo, vida familiar, vida social, economía, sexo…, todo mejora.
Con todo, no todo lo que se cocine rápido es insano o desagradable al
paladar. Un ejemplo de esto es la receta que hoy te comparto:
TORTA RÁPIDA DE LECHE CALIENTE
Calentar y reservar:
1/2 taza de leche
1 cucharada de manteca
Batir:
2 huevos y agregar 1 taza de azúcar
Cernir y agregar:
1 taza de harina
2 cucharadas de maicena
2 cucharitas de polvo de hornear
1/2 cucharita de sal
En este momento incorporar de una vez la leche caliente y mezclar
bien. Verter la masa en molde enmantecado.
Hornear y desmoldar sobre rejilla una vez cocido.
¿Qué te pareció? Sencilla verdad? Hacéla y vas a ver que además es muy
rica y se presta para rellenar.
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