¿Quiénes son los armenios?
Armenia es un país milenario del continente asiático que limita con
Georgia, Azerbaiyán, Irán y Turquía.
Su capital es Ereván, el idioma es el armenio, su población alcanza a
los 3 millones de habitantes (2009) y
está dividido en 11 provincias.
Es una región montañosa, con volcanes inactivos pero con presencia de
terremotos devastadores.
El suelo es rico en oro, plata, cobre, hierro y sal.
Desde los inicios de su historia fue escenario de sangrientas guerras
y llegando al siglo XX ocurre un genocidio que cada 24 de abril los armenios
del mundo recuerdan sin rencor ni deseos de venganza, sólo pidiendo justicia. En el centenario del genocidio el logo fue una flor de "Nomeolvides"
"La noche del 23 de abril de
1915 comenzó una de las jornadas más terribles del siglo XX. Durante toda esa
noche y hasta la madrugada del 24, centenares de líderes de la comunidad
armenia fueron secuestrados de sus hogares, puestos bajo arresto en Estambul e
inmediatamente deportados hacia el interior de Turquía, para luego ser en su
mayoría asesinados. A partir de allí la persecución se extendió a todo el pueblo. Las formas de aniquilación que los turcos utilizaron
eran variadas: largas deportaciones donde los indefensos civiles armenios eran
expuestos al hambre, la intemperie y las enfermedades, como también torturas,
violaciones, horcas y fusilamientos" (PABLO BEDROSSIAN "EL 24
DE ABRIL MÁS TRISTE DE LA HISTORIA")
Crecía
el número de huérfanos, viudos, lisiados, desnutridos, familias destruidas.
Algunos
niños como mi abuela materna, Anouch (Dulce) fueron recogidos por familias
turcas para luego ser entregados a orfanatos atendidos por misioneras inglesas.
Se les brindaba educación, comida, enseñanza de la Biblia, preparándolos en
responsabilidad para enfrentar la vida una vez que tuvieran que dejar ese
lugar.
Junto
a miles de niños huérfanos, la abuela con tan solo 4 años de edad, tuvo que
decidir qué iba a hacer con lo que la vida le preparó: ¿deprimirse? ¿rebelarse?
¿ser violenta? ¿preguntarse por qué quedó a la deriva si Dios existe?
Pero
también podía contarle a Dios todas sus penas, sus enojos contra la nación
asesina, sus temores, su necesidad de ser amada y protegida...
La
abuela decidió ser una seguidora de Jesús y esa fe depositada en Dios en su
tierna edad, la sostuvo hasta los 82 años cuando partió a la eternidad.
Ella
fue para nosotros una influencia muy positiva y de inspiración.
Pero...
este blog es de cocina y ya es tiempo de ver alguna receta.
La
abuela lo hacía y mi mamá también, hablo de los Vosbí Köfté, o Mercimekli Köfte o croquetitas de
lentejas y bulgur.
COCINAR EN OLLA
2 tazas de lentejas sin cáscara
2 tazas de agua y sal
Cuando estén casi cocidas, no tirar el agua de cocción que sobra
AGREGAR COMO LLUVIA
1 taza de bulgur
1 taza de bulgur
Dejar que absorba toda
el agua con la olla tapada y revolver cada tanto. Si se hace necesario ir agregando agua caliente de
a tandas, hasta que se note que el bulgur está cocido.
REHOGAR EN ACEITE (3 cucharas)
1 cebolla chica
1 cebolla chica
Agregarla a la olla y revolver
CONDIMENTAR
Pimienta
Pimienta
Comino
4 cucharas de perejil picado fresco
Formar las croquetitas
tomando pequeñas porciones (dos mordiscos aprox) en la palma de la mano y
apretar dejando los dedos marcados para una linda presentación.
Disponer en una fuente
y espolvorear con cebollita bien picada o ciboulette, perejil picado, morrón,
hilos de aceite de oliva o poner esto en un recipiente para que cada comensal
moje allí cada köefté.
Ahhh, ¡se come con las
manos!
(Se puede freezar en caso de ser necesario
guardar lo que sobró, aunque dura en heladera para dos días más)
Es sano y muy rico. En mi casa mamá lo servía para acompañar ricas milanesas y ¡me encantaba esa combinación!
Probalas y después...¡me contás!
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