¿Te sentís abrumado desde que empezás el día por todo lo que te espera
a lo largo de él?
A la mayoría de las personas les pasa eso, al punto que necesitarían
más horas que las 24 que cada jornada tiene.
¿El problema son las horas, las actividades, la familia, uno mismo? No
vamos a centrarnos en el problema sino en las soluciones, y una vez que las apliquemos
veremos cómo el día nos rinde más y viviremos menos ansiosos.
Jesús ya sabía que los hombres somos propensos a no mirar la vida
desde la perspectiva de Dios, por más que esté claramente explicada en la
Biblia. Un día él le dijo a sus seguidores: "No se preocupen con lo que
pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante
con los problemas de cada día." Vivimos abrumados y presionados por las exigencias diarias, y
todavía le sumamos las del día de mañana o las semanales...
Para comenzar bien el día, hay que empezar desde la noche anterior.
Sí, hay que tener un plan que nos ayude a organizarnos sin mayor sacrificio y
que redundará en una jornada más tranquila y disfrutable.
La pregunta: ¿qué voy a cocinar? hacétela desde el día antes; comprá
los ingredientes si te hacen falta, y adelantá pelando, lavando.
Antes de irte a la cama podés hacer cosas como: lavar los platos de la
cena, guardar ropa de tu dormitorio, poner el lavarropas a funcionar (en la
mañana temprano es sólo tender)
¿Trabajás fuera de tu casa? Dejá a mano todo lo que tendrías que
llevar y de ser posible hasta la ropa que te vas a poner tendría que estar
elegida.
¿Tenés hijos que van a la escuela? Mochilas prontas, vianda ya lista
en la heladera, uniforme en condiciones.
Como verás, es tal cual te lo dije...¡tener un plan! Sin él es
imposible llevar una vida ordenada y más tranquila. Los imprevistos siempre
ocurren, pero si trazamos un plan de actividades, estaremos con una cabeza más
fría para aplicar un plan B.
Y algo muy necesario dentro de ese plan es empezar el día poniéndolo
delante de Dios y pidiendo su guía, ayuda y protección.
Para facilitarte la tarea, te
paso una receta para el almuerzo o cena de mañana.
SOPA DE BOLITAS DE CARNE Y ARROZ
Para las bolitas
1/2 k de carne picada cruda
1/3 taza de arroz crudo
Sal
Pimienta
Comino
Mezclar todo y armar bolitas pequeñas, del tamaño de bolitas de vidrio
(las que juegan los niños)
Agregar a 1 litro de caldo
(El espesor de la sopa se
regula con más o menos líquido, a gusto. Tener en cuenta que parte del arroz de
las bolitas saldrá al caldo)
1 cebolla picada
1 zanahoria rallada
1 tallo de apio picado fino
Perejil picado
Ralladura de jengibre
Hervir un rato y agregar las bolitas hasta que se cocine el arroz.
Espolvorear si se desea con un poco de perejil picado, o trocitos de
panceta tostada.
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