En la entrada anterior comenzamos a pensar sobre los discípulos del
Señor Jesús en forma general.
Hoy arrancamos viendo cosas particulares de algunos de ellos. En
primer lugar hablaremos sobre PEDRO.
Se usan cuatro nombres para referirse a él, Simeón, Simón, Cefas y
Pedro.
Era hijo de Jonás, estaba casado y tenía suegra, era
pescador de profesión junto a su hermano Andrés y pese a ser un hombre
sencillo, escribió dos cartas registradas en el Nuevo Testamento.
Era una persona impetuosa, apasionada, cambiante, y
hasta cobarde. Cuando Jesús estaba siendo juzgado previo a su muerte, Pedro lo
niega tres veces. Pero una vez que dejó a Jesús entrar en su vida se transformó
en un hombre firme como una roca.
Era un predicador y en su primer mensaje, tres mil
personas deciden hacerse cristianos.
Andrés, era su hermano, y significa “varonil”, una transliteración del
nombre griego “Andreas”.
ANDRÉS fue el primero en ser llamado por Jesús para seguirle y cuando
tuvo tal hallazgo de inmediato lleva a su hermano Pedro para que lo conozca. No
se dice de él nada en particular, a no ser que se destaca siempre por ser el hermano
de Pedro.
Por algunos pasajes del evangelio de San Juan descubrimos que Andrés
tenía visión y espíritu evangelístico. Como pescador de profesión estaría
acostumbrado a echar las redes para sacar numerosos peces, pero como pescador
de hombres le gustaba usar la caña, pescaba de a uno.
Lleva a Pedro a Cristo, lleva hacia Jesús al niño que tenía una
merienda para compartir con la multitud, lleva a unos griegos que querían ver a
Jesús.
Esto nos
muestra que apreciaba el valor de una sola persona sin hacer distinción de edad
ni de nacionalidad.
JUAN, si bien pertenecía al círculo íntimo de Jesús, no era la
figura dominante. Aparece como compañero de Pedro, pero ocupando un segundo
lugar. Es conocido como el discípulo del amor y de la verdad, ya que son dos
temas muy mencionados en su evangelio y en las cartas que escribió y están
registradas en la Biblia. Cuesta creer el cambio que tuvo su vida una vez que
decide ser un seguidor de Jesús pues él era agresivo, ambicioso, sectario e
intolerante.
Tenía un hermano llamado JACOBO, otro discípulo de Jesús. El
sobrenombre “Hijo del Trueno” nos define algunos rasgos de su personalidad:
atronador, explosivo, temerario.
Su carácter explosivo se destaca sobremanera cuando pide a Jesús que
haga caer fuego del cielo para destruir una aldea samaritana, no pudiendo
admitir que siendo enemigos de los judíos, el amor de Dios se dirigía a los
samaritanos también.
Presenció la resurrección de una niña y allí vio el poder de Dios. Estuvo en la
transfiguración de Jesús y fue testigo de su gloria. Acompañó al
Señor en el huerto de Getsemaní y presenció su agonía. Todo eso hizo de Jacobo un hombre que permitió que Cristo
lo transformara. Fue el primero de los apóstoles en ser asesinado, lo cual nos
hace suponer que tenía que ser el de más influencia y el que más hizo por el
avance de la iglesia, si no, ¿para qué matarlo?
¿Permitirás que Jesús trabaje en tu vida para transformarla? Ese
proceso inicia a partir del momento en que decidas ser un seguidor suyo y
continúa hasta tu último suspiro. Yo estoy en pleno proceso.
Y mientras te cuento acerca de los discípulos de Jesús, también te
paso algunas recetas como esta.
TORTA DE MANZANA EN
CAPAS
CORTAR EN LÁMINAS Y ROCIAMOS CON LIMÓN PARA QUE NO SE OXIDEN
1 kilo de manzanas (yo he
usado golden)
BATIMOS HASTA QUE BLANQUEEN Y DOBLE SU VOLUMEN
2 huevos
50g de azúcar
AÑADIMOS Y LO MEZCLAMOS BIEN
2 cucharas de aceite
1 cucharadita de vainilla
100 ml de leche o de yogurt
TAMIZAMOS Y AGREGAMOS
70 gr de harina
1 cucharadita de polvo de hornear
1 pizca de canela
1 pizca de sal
AGREGAMOS
Las manzanas laminadas
Pasas de uva (opcional)
Quedará como si las manzanas estuvieran untadas por
la masa, pura manzana con apenas masa.
La volcamos en un molde enmantecado chico y lo
metemos en el horno a 180° unos 45 minutos. Dejamos enfriar, y si queremos, lo espolvoreamos con azúcar impalpable
para decorar.
Probala y me contás qué tal te quedó.
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