Faltan muy pocos
días para que en Uruguay se celebre el día de las madres.
Desde las escuelas,
los comercios (todos los rubros), las iglesias, los medios...todo se enfoca en
hacerla la reina en esa fecha.
Y no importa el
valor del regalo que se le obsequie, ellas siempre responden que no es
necesario; que con sólo quererla es suficiente; que ella no necesita nada; que
vos sos el mejor regalo...
Madres de todas las
edades, presentes o ausentes, tienen un lugar especial en el corazón de sus
hijos.
El asunto es
hacérselo saber, ponerlo en palabras, en acciones. Jesús cuando estaba agonizando
en la cruz tuvo palabras hacia su madre que demuestran cuánto la amaba, se lo
hizo saber, lo dijo y le pidió a su discípulo Juan que la cuidara. Él a partir
de ese momento la llevó a vivir a su propia casa.
Recordala de manera
especial en su día, pero decile y mostrale cuánto la querés cada día.
Capaz que querés
hacerle algo rico y sano para ese día, te propongo esta torta que realmente me
sorprendió por lo rica, húmeda y rápida de hacer.
TORTA DE SÉMOLA Y TANGERINAS
INGREDIENTES
BOL
¾ taza de azúcar blanco
1 ½ taza de sémola de trigo fina
1/4 taza de salvado de avena
1 taza de almendras, nueces, avellanas molidas (o sólo un tipo de ellas)
1 cucharada de polvo de hornear
Los frutos secos procesados
BATIR Y AGREGAR A
SÓLIDOS
150 ml de aceite de oliva muy suave (podés poner
otro)
2 huevos batidos
¼ de taza leche
1 tangerina grande, jugo y ralladura de la cáscara
Dejar reposar la mezcla para que la sémola se hidrate te quedará con una consistencia bastante chirla; no agregues nada, dejala así.,.
Enmantecar y enharinar un molde de budín inglés y verter allí la masa.
Hornear a 180° hasta
que tome color dorado. Verificar su punto de cocción con un palito de brocheta
hasta que éste salga limpio. Desmoldar sobre una rejilla para que enfríe.
Podés dejarla así o hacer una cubierta con un glaseado de tangerinas, o espolvorearla con azúcar impalpable, o un baño de queso o cubrir con chocolate cobertura.
La mía la cubrí con chocolate blanco y puse gomitas que simulaban gajos de tangerinas.
A mi cuñada le encantó. Yo guardé unos trozos en el frezer y para comerlos, basta dejarlos fuera del congelador y recupera su humedad y ternura.
Que te animes a probarla, te quede rica y hagas felices a los convidados, con cariño,
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