Hablábamos con la vendedora de un
negocio acerca del arte de vender. La joven decía que es proponérselo y
conseguirlo.
Intercambiamos nuestros pareceres
y al final quedó flotando la incógnita, la famosa pregunta: ¿“el líder nace o se
hace”? Podríamos preguntar: el vendedor, la maestra, el cocinero, ¿nace o se
hace?
Qué felicidad nos da hacer
aquello para lo cual nacimos y nos preparamos.
Y qué cuesta arriba se hace
emprender algo para lo cual no tenemos las condiciones naturales, aunque con
esfuerzo y perseverancia podemos llegar.
El fiel seguidor de Jesús, ¿nace o se hace?
Todos nacemos como criaturas de Dios, pero en el área espiritual, disfrutar
de una relación personal con Dios solo es posible si nacemos como hijos de
Dios. Esto no se logra con empeño humano, con fuerza de voluntad, tesón o
esmero, es gracias al favor no merecido que Dios nos da.
Una vez que nacemos a la vida espiritual,
queremos cumplir con las expectativas que Dios tiene para cada uno de sus
hijos, las que tiene para vos y para mí. Podemos esforzarnos para cumplirlas,
pero no tenemos las condiciones naturales. En vez de abandonar la meta, sería
bueno recordar lo que San Pablo le escribió a un joven llamado Timoteo: “Dios te
ama mucho, porque has creído en Jesucristo. Pídele fuerzas para soportar
cualquier cosa” y así seguir hasta llegar a la meta, con el favor de Dios
alentándonos en cada paso.
Y hoy ya van 365 recetas, fue un placer compartirte cosas que cocino
para mí, la familia y amigos.
Mañana será la última y veremos qué haré luego de descansar un poco.
Son unas ricas:
GALLETITAS DE MANTECA RELLENAS
Podés usar esta receta o cualquier masa de manteca que sea tu predilecta y sea moldeable.
Usé otra masa de galletitas, pero lleva demasiada manteca y esta si bien lleva menos, es buena para rellenar.
Más que nada te quiero motivar a probar otra manera de incorporar frutos secos a la dieta.
MASA
UNIR HASTA QUE QUEDE CREMOSA
100 g manteca a temperatura
ambiente
60 g de azúcar
Ralladura de limón o naranja
AGREGAR Y CONTINUAR BATIENDO CON TENEDOR
1 huevo
Vainilla
CERNIR, AGREGAR, FORMAR MASA BLANDA
150 g de harina
1 cucharadita de polvo de hornear
Dejar reposar unos 15 minutos.
Formar bolitas que se van
ahuecando con un dedo. Rellenar y cerrar. Podés marcar unos surcos con el mango
de una cuchara o marcar con un tenedor un plisado.
Más fácil, rápido y seguro
es hacer las bolitas.
TOQUE PERSONAL – pinché sobre cada bolita un clavo de olor, tal
como hacemos los “gurebié” en mi familia, unas galletitas armenias, cuya receta
está en el blog.
Colocar en bandeja apenas
enmantecada. Hornear a 180º unos 10 a 15 minutos. Todo depende del horno, el
tamaño de las bolitas. Por eso ir vigilando y cuando toman color, sacar y dejar
enfriar sobre rejilla.
OPCIONAL – espolvorear con azúcar impalpable o cubrir con hilos de
chocolate cobertura o con un glaseado de limón.
Para una presentación especial, podés colocar cada galletita sobre un pirotín.
Acompañá cada bocado con un rico té o café.
RELLENO
Picar a cuchillo, no en procesadora, nueces o pistachos o una mezcla de ambos. También me gusta picar juntos nueces, almendras, avellanas y pistachos.
Cortar en trozos muy pequeños los dátiles o ciruelas o ambas. Pueden ser damascos, todo depende del grado de dulzor o acidez que quieras darle al relleno.
Unís todo y perfumás con vainilla, o agua de azahar o esencia de rosas, o un licor a gusto.
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