martes, 20 de febrero de 2018

Galletitas de queso crema


¿Tuviste que tragarte alguna vez tus palabras? Generalmente ocurre cuando tenemos que guardar una sorpresa o un secreto o no emitir una opinión que causaría una discusión.
Es difícil para algunos, muy difícil para otros y siempre exige un autocontrol.
En la Biblia se habla mucho acerca del hablar y en un Proverbio del gran Rey Salomón se lee: "El oro y las joyas lo enriquecen a uno, pero vale mucho más el que mide sus palabras" El mismo Salomón dice en otro libro: "No dejes que tus sentimientos te hagan hablar sin pensar"
Hoy pude actuar midiendo mis palabras, pero no siempre fue así; muchas veces no las medí y dije palabras hirientes y otras veces por enojo o frustración mis sentimientos me llevaron a hablar sin pensar y volví a lastimar. Se necesita reconocer, arrepentirse, confesar a Dios esa falta y a la persona a quien se lastimó y a veces esto último ya es tarde para decirlo.
Lo quise escribir no porque hoy pude medir mis palabras, sino para recordarme a mí misma que tengo que pedirle a Dios cada día que me ayude a usar sabiamente mis palabras y si es necesario ¡tragármelas!
Tengo una receta que está buena para comer el mismo día que hagas:
GALLETITAS DE QUESO CREMA

TAMIZAR Y HACER UN VOLCÁN
1 taza de harina
1/2 cucharadita de sal

EN EL CENTRO AGREGAR

100 g de queso crema de untar (sin sabor)
50 g de manteca en cubos a temperatura ambiente

Unir con los dedos hasta formar una masa compacta.
Envuelta en rolopac llevar a heladera hasta que endurezca bien, unas 3 horas.
ARMADO 1
Si la enfriaste en forma de rollo, cortás rueditas de 1 cm de ancho y las pasás por azúcar en todo el borde exterior. Colocás en asadera, o papel manteca apenas enmantecado y espolvoréas cada una con azúcar.
ARMADO 2
Sobre la mesada o un nylon o papel manteca espolvorear azúcar y sobre ella estirar la masa en forma de rectángulo y un grosor de 2 o 3 mm.
Para que te quede parejo podés guiarte con dos palitos de brocheta.

Ves cómo ponés? Primero los palitos que los podés sujetar a la mesada con cinta scotch y luego los cubrís, en este caso puse separador de alimentos.
Si querés podés espolvorear el rectángulo con azúcar ahora en su interior. Enrollás como palmitas o como círculos y cortás rodajas de 1 cm de ancho.
Colocar sobre asadera apenas enmantecada o cubierta con silicona o papel manteca y horneás a 200° hasta que tomen un color dorado.
Me gustaron más el día que las hice con su rico sabor a manteca y queso con apenas el dulce del azúcar espolvoreada.
Animate a hacerlas,que te queden ricas, con cariño 


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