sábado, 16 de marzo de 2019

Galletitas de manteca de maní


No queremos vivir en una constante preocupación por el hoy, el dentro de un rato o el mañana próximo o lejano…pero lo hacemos.
Queremos más y más, y cuando lo obtenemos nuestra mente y corazón continúan ansiosos.
Hay muchas frases que describen acertadamente lo inútil de la preocupación, como esta: “La preocupación es como una mecedora; te mantiene ocupado, pero no te lleva a ninguna parte”.
Jesús va más allá, conoce cómo es el hombre, pues él lo creó. Sus palabras fueron dirigidas a la generación de su tiempo de hace más de dos mil años atrás y siguen vigentes, porque el hombre avanza en conocimientos y sin embargo sus preocupaciones interiores son las mismas. Veamos qué les dice Jesús en una ocasión: “Por eso les digo: no se preocupen por su vida, que comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?”
Entonces hay una serie de consejos en la Biblia, para dejar de preocuparse por algo tan básico: pedirle a Dios a través de la oración y los ruegos lo que necesitamos; ser agradecidos; decirle a Dios que nos ayude a cargar la mochila; entender cuán valiosos somos para Dios; buscar las soluciones para el día de hoy (el mañana tendrá sus propias complicaciones); recordar que Dios cuida de su creación dando de comer a las aves y vistiendo a las flores y obvio que cuidará de sus hijos.
Un poeta quiso ilustrarlo con este diálogo:
El petirrojo al gorrión
Dijo que quería saber,
Por qué a los seres humanos
El afán hace correr.
Y el gorrión le contestó:
“Amigo, tiene que ser,
Que no tienen un Padre Amante
Como tú y yo. ¡Eso es!

El resultado de seguir los consejos de la Biblia es disfrutar “la paz de Dios, que es más grande de lo que el hombre puede entender, pero que protege el corazón y el entendimiento”.
Ahora vamos a la receta, para mí resultó ser deliciosa.

GALLETITAS DE MANTECA DE MANÍ


EN UN BOL, MEZCLAR CON CUCHARA DE MADERA

1 taza de manteca de maní o 200g
50 g de azúcar
1 huevo
OPCIONAL: canela, todo especias, jengibre, anís, etc.

Quedará una masa blanda, para colocar por montoncitos.

Rociar una asadera con spray vegetal, y colocar porciones de la masa del mismo tamaño, así se cocinan parejas.

Aplastar un poco con las manos y hornear a 180*.
Cuando estén doradas en los bordes y la base cocida, ya están. Conviene retirarlas de la asadera cuando enfríen.
En frasco bien cerrado duran una semana, se pueden congelar.

VARIANTES: Antes de llevar al horno, se les puede poner en el centro un trocito de dulce o mermelada, salpicar con semillas, o coco rallado, un trocito de chocolate, o una nuez, pasas, una cereza al marrasquino, ¡¡ ¡lo que te guste!!!!

Yo espolvoreé algunas con sésamo, a otras les hice un hueco con el dedo y coloqué una mermelada de higo casera que tenía y al resto las dejé sin ningún agregado.

Probalas, te aseguro que serán un éxito, además de no llevar harinas ni lácteos.
Que te queden ricas, con cariño, 





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